Sassy Kind of Girl Next Door.

No sabía definir bien como se sentía caminando por los pasillos del colegio. Desde que formaba parte de Vocal Adrenaline...bueno, su vida era entre interesante y aburrida. Es decir, seguramente muchas personas creían que eran un grupo de engreídos porque...bueno, ¡Eran Vocal Adrenaline! Claro que podían darse el lujo de ser engreídos, no que ella lo fuese de cualquier modo. Miravelle era y siempre sería la clase de chica que le sonríe a todo el mundo, que saluda a las personas a las que ni conoce y que es capáz de entablar conversaciones y amistades con cualquier persona.

Sabía que New Directions y Vocal Adrenaline debían ser algo así como enemigos naturales, pero a final de cuentas, Tony, su hermano, estudiaba en McKinley y por lo que escuchaba, a pesar de las burlas y los maltratos y demás, New Directions continuaba unido, como una familia, pequeña, extraña, de lo más variada pero una familia. Miravelle no creía para nada en las cuestiones de estatus sociales dentro de la preparatoria, así que la idea le fascinaba. Tenia amigos en el grupo del coro de Carmel, pero sentía que todo era... monotono una vez que se superaba la emoción inicial de haber sido seleccionado para participar en él. Todo menos Jesse por supuesto que siempre encontraba formas de hacerla dejar caer la quijada de sorpresa y admiración, aún si no se daba cuenta.

-Don't Go Sharing Your Devotion, Lay All your Love on Me... - Y dijese lo que dijese, le gustaba lucir su voz a todas horas en cualquier lugar. Abba particularmente era lo que más le gustaba interpretar. Recogía lo que iba a comer con poco cuidado, estaba de más decir que había abandonado la dieta estricta que varias de las chicas habían estado siguiendo y comía como debía, quizá bastante chatarra, pero daba lo mismo, de todas maneras hacía bastante ejercicio. Fue a sentarse a una mesa aparte, tratando de improvisar un pequeño experimento.

*Canción que canta Miravelle

Salí de mi clase de Matematicas casi corriendo ya que me moría de hambre y aprovecharía mis privilegios de ser miembro de Vocal Adrenaline para no hacer cola.
Cuando por fin pude llegar no podía decirme que comer asi que solo escoji una ensalada con dos botellas de agua, solía comer muy saludable, ni siquiera sabía el motivo pero ya estaba acostumbrado para cambiar.
Fuí a la mesa del Club y me encontre con que solo estaba Miravelle y estaba tarareando, reconocí la canción y comencé a cantarla, deje mis cosas en la mesa y le ofrecí mi mano para que se levantara.

Una mano apareció de la nada, elevó la mirada y reprimió su sonrisa lo mejor que pudo...simplemente para reírse bien abiertamente. No estaba muy de humor para cantar a mitad de la cafetería, al menos, no ahora, pero de todos modos, se levantó a cantar junto con él. Era raro, probablemente Jesse había visto Mamma mia y por eso sabía que partes tendría que estar cantando él pero de todas formas no iba a ponerse a cuestionarlo en absoluto.
-Al parecer mi pequeño experimento se ha ido al caño. - determinó cuando terminaron la canción y una vez más, estaban cerca el uno del otro, como si fuesen imanes o algo así. Algo le decía que no sonaba tan disparatada la idea de que Jesse y ella fueran polos completamente opuestos, es más, el solo pensarlo hacía que se alegrara.

Noté, mientras nosotros cantabamos que todos nos estaban viendo, pero la mayoría estaba acostumbrado pues soliamos cantar o por lo menos yo con Andrea pero ahora se extrañaron de que no fuera con ella. No me importo y seguí cantado.
Me subí a la mesa y la ayude a subirse, no podía negar que la canción estaba, no encontraba la palabra para decirlo. Pero de nuevo no importaba, solo quería bailar y pasarme un buen rato con Vella, si apartir de hoy le diría Vella, solo Vella.
Cuando terminamos la canción menciono algo de un experimento que estaba haciendo.

-Pero apuesto que ahora quedo mucho mejor- le dije con una sonrisa, sin querer seductora.

Hizo caso omiso de la sonrisa y simplemente le sonrió de vuelta como siempre lo hacía, impasiblemente. Tony decía que había que tener cuidado con chicos como Jesse, Lola decía que había que seguirles el juego y más importante, mamá decia que era necesario hacer ambas cosas, pues los hombres gustaban de los retos y hasta gozaban de sentirse confundidos respecto a una mujer.
-De hecho, quería ver si alguien fuera de Vocal Adrenaline se acercaba a comer conmigo por iniciativa propia, creo que ahora las posibilidades han quedado anuladas pues es casi imposible acercarse al Dios del coro de Carmel. - rió por lo bajo, sin mostrar enfado alguno, a final de cuentas había tiempo de sobra, otros días para realizar sus experimentos.

Reí también al escuchar lo que había dicho.

-¿Dios del coro del Carmel? Me gusta eso- le dije, aun seguía sonriendo- Pero si quieres me voy.

Hasta que le mencione eso me di cuenta de que estabamos realmente cerca, demasiado cerca uno del otro me separe un poco y fue cuando recorde que aun estabamos arriba de la mesa, así que me baje y la ayude a bajarse.

-Creo que mi comida sobrevivio- le dije y me sente alado de ella para comer, me estaba muriendo de hambre.

-Nah, no es necesario que te vayas. Otro día realizaré mi experimento. - le sonrió de nuevo y se bajó de la mesa para sentarse a comer tranquilamente, a su lado. Dejó pasar inadvertido aquel comentario respecto al "Dios Jesse", no le gustaba la gente engreida, a veces Jesse le caía mal. Solo a veces, pero no lo decía. Realmente no le interesaba buscarse problemas por decirle a Jesse que dentro de la perfección que proyectaba había demasiados defectos, ella los conocía y para bien o para mal, los aceptaba tan bien como podía.

Miró la comida de Jesse y luego la suya, se encogió de hombros y empezó a comer de nuevo. Que él comiera como quisiera, después de todo, ella lo haría. -Debería volver a comer como conejo, entre más lo pienso, mejor se me hace la idea. - Y si, literalmente como conejo, porque no le gustaba mucho la carne, quizá había llegado el momento de volverse vegetariana, pero ¿A quien engañaba? Adoraba demasiado los filetes de pescado y pollo de su madre como para rechazarlos.

Mire a la chica, la note un poco extraña pero decidí ignorarlo, realmente tenía mucha hambre. Cuando comento que quería volver a comer como conejo le ofrecí.

-¿Quieres?- le pregunté.

Me fije en su comida y evite hacer comentarios; no se me antojaba en lo más minimo, quería cuidarme, ya que este cuerpo no se conseguía solo, tenía mi sonrisa de engreido siempre que pensaba en eso y no podía evitarlo. Sentí su mirada y regrese.

-No, deberías solamente comer un poco más saludable- le dije con una sonrisa sincera, esperando que le molestara que le dijera eso.

-Bueno, lo hago, pero en casa, en la escuela me da por comer cualquier cosa. - Se metió a la boca una bolita de carne y le dió un trago a su vaso de jugo. -Me da bastante más hambre aquí en la escuela...además, otro poco más y el aire podría llevarme sin muchas complicaciones. - alegó, riéndose, aunque sabía que estaba un poquitín baja de peso, no se notaba demasiado de cualquier forma.

-Tengo que subir un par de kilos. - explicó sin mucha ciencia. -Se supone que lo haga con comida saludable, pero no puedo evitarlo, si de algo ayudan, las bolitas de carne serán mis amigas. - Lo miró de forma distraída y suspirando, se quitó la bufanda, de cuenta nueva, para ponersela a él sobre los hombros. -No sé como demonios haces para que mi bufanda se te vea tan bien te pongas lo que te pongas. - Rió para alivianar la situación

No se había fijado en lo delgada que estaba, ahora que la veía se podría decir que parecía que estaba Anorexica, bueno exageraba y sabía que no lo era porque estaba comiendo, y bastante bien.

-Bueno, pero yo no puedo dejar mi ensalada- le dije y tome la botella le di un tragó de agua, volviendola a dejar donde estaba.

Me volvió a poner la bufanda, seguía con ese olor unicó de ella, adoraba ese olor pero no podía ser obvio asi que solo me limite a sonreír.

-¿Entonces me sienta bien?- le dije mirandola directo a los ojos.

-Bastante bien, diría yo. - le devolvió la mirada y luego miró su plato para meterse a la boca el espaghetti ensartado en su tenedor. -Ha de ser el color, te favorece bastante. - "La verdad es que te favorece porque te la he dado yo." , pensó para si misma, sonriendose, como si hubiese pensando algo más bien divertido y no algo que le hiciera ilusión. Empezó a tararear muy suavemente el estribillo de la canción que habían hecho juntos en los ensayos, luego de las audiciones, pero se detuvo, sonrojandose, cuando se dió cuenta. No podía darse el lujo de darle tanta importancia a las cosas que compartían, aún no.

-Las audiciones han estado muy bien. Kitty me ha encantado. - Dijo, cambiando un poco el tema. Se frustraba a si misma, pero a veces se decía a si misma que podía ser lo mejor.

-¿Crees que sea el color?- le pregunté y la mire.

La verdad que no creí que me quedara bien, pero me gustaba tener algo de ella, ahora no sabía porque la veía más seguido que Andrea, se estaba volviendo muy buena amiga mia y algo me decía que muy podría llegar a confiar en ella, tanto que podría contarle todos mis secretos pero no por ahora.
Logré escuchar la canción que tarareaba y recorde el ensayo, me había gustado mucho, había sido muy divertido, algo completamente fuera de lo común.

-Esa chica canta muy bien- admití- Me da mucho gusto que este en el club.

-Da lo mismo, me gustas sin importar los colores que uses...o como huelas. - Y sí, lo dijo como quien anuncia la hora, pero era mejor decirlo calmada y sin parecer...una desquiciada por él. Expresar los sentimientos de uno no era malo, lo malo era expresarlos de mala forma, pues aquello podía estropear las cosas que uno más anhelaba.

-A mi también, tener caras nuevas es refrescante y la verdad es que a mi no me desagrada la idea de tener más amigas...antes de que las consuman las apariencias y se les suban los humos a la cabeza como a las estrellas del coro. ¿Verdad? - Dijo, pero en tono de broma, haciendo un gesto gracioso que logró verse bastante tierno, sacando la lengua, después de todo no buscaba ofender a nadie del club y mucho menos a Jesse.

No podría creer lo que me dijo, que le gustaba, no lo duda. digo, ¿Quién se podía resistir a mí? Hay lo sé, era irresistible. Pero no estaba seguro que era lo que sentía por ella, se veía una chica muy guapa, se podría decir que me sentía atraida pero no estaba totalmente seguro, aun no aclaraba mis sentimientos y no quería herir sus sentimientos así que decidí hacer como si no la había escuchado.
Cuando mencionó que no quería que a Kitty se le subiera lo engreida, sabía perfectamente que se refería a mi, ¿Acaso realmente era muy engreido? Pero así era y me sería muy dificil cambiar, además tendría que irme acostumbrado para cuando me hiciera famoso internacional.

-Supongo, pero hay que aprender a destacar- le dije y voltee a mirarla.

Se puso a hacer una teepee con sus papas fritas, quitando la atención de él y concentrandose un poco en su construcción. -Ya, claro, me gusta destacar por mi voz y por ser una buena persona, creo que sería bueno que cuando muera me recuerden por esas dos cosas, por cantar bien y por que la gente tenga buenos recuerdos míos, al final no habrá importado la forma en que me vistiera, me arreglara o me peinara, solo contaran esos pequeños detalles que hayan hecho felices a las personas. Cercanas a mí o no. - Lo miró significativamente por un par de segundos y luego continuó armando su teepee, para terminar por llenarla de ketchup.

-¿Por qué crees que decidí unirme a Vocal Adrenaline? - le preguntó, mirando por un par de segundos más su construcción y luego a él, directo a los ojos, con interrogante en los suyos.

Entendía a que se refería, es por eso que quería llegar a ser alguien famoso destancando por mi voz y saber bailar, deseaba poder cantar como solista o en grupo pero llegar a ser alguien famoso.

-Si, te entiendo, a mi también me gusta destacar mucho con mi voz.- le dije y volví a mirarla aunque ella no me miraba, no sabía que hacer, no era de estar con una sola mujer y sabía que ella no era como las otras chicas y eso era lo que me gustaba de ella, delicada, timida, dulce, pero no quería hacerle ilusiones así que decidí devolverle la bufanda, no sabía porque al pensar en eso me venía la noche que tuve con Santana, solo había sido por diversión y no tenía nada de malo pero con ella jamás me atrevería a hacerlo.

Suspiró y bajo las manos mientras cerraba los ojos, luego, a pesar de que sus principios y las cosas varias que sus familiares le habían dicho, se decidió a mover sus fichas y rápido. -Mira Jesse. Pienso que eres un idiota la mayoría del tiempo, eres engreído, crecido y bastante repulsivo en ocasiones, como cuando sonríes como si creyeras que nadie se resiste a ti o cuando le restriegas en la cara a la gente que mereces más de lo que tienes. Pero... - Esta vez, giró el rostro para fijar su mirada en la de él. -A pesar de todos los defectos que te encuentro y a pesar de que los repaso a diario para convencerme de que una persona como yo jamás podría ser totalmente funcional al lado de una persona como tú...no deja de seducirme la idea de que quizá, con algo de suerta, pudiera convertirse en una posibilidad. Me gustas, de todos modos, por que eres viváz, porque cantas maravilloso, porque tienes energía y cuando quieres puedes ser muy dulce. Tus cualidades superan a tus defectos y no entiendo como lo logras. No te pido que lo intentemos a futuro y seamos novios y seamos felices y comamos perdices, es...ilógico imaginarlo. Pero no me subestimes, no me vas a romper el corazón. No importa lo que hagas. - Declaró en tono firme y bastante convencido para luego volver a su teepee.

Me quedé en estado de shock, jamás alguien había tenido el valor de decirme algo así, cosa que admire mucho de ella, pero no me agrado la idea que nos estuvieran viendo muchos alrededor.

-¿Podemos hablar en otro lado?- le pregunté, no espere una respuesta y tome su brazo, ambos salimos del comedor. Tome aire para contestarle.

-Sere sincero contigo, no se si podrá haber algo que amistad contigo, nunca lo había pensado de ese modo, me siento atraido por tí pero fuera de eso, no eres como las otras chicas y no quiero lastimarte. ¿Me entiendes? No quiero lastimarte Velle.- le dije mirandola a los ojos, realmente quería intentarlo pero no quería perder su amistad si no funcionaba- No quiero perder tu amistad, es algo complicado- tome aire para seguir, no sabía como decirselo pero decidi decirlo- No soy hombre de una sola mujer.

-Bueno, Jesse, aunque no me lo creas no soy estúpida, algo me lo decía. Y a gritos, mira, tienes todo el perfil de una estrella de rock, todo. Así que no me sorprende enterarme de que estes con una y con otra. - Negó con la cabeza ¿De verdad se veía tan frágil y emocional? Entonces le quedaba claro que la gente si la subestimaba y eso no le alegraba ni le agradaba en lo más mínimo. -¿Quién dijo que vas a perderla? No se tú, Jesse, pero a mi no se me da eso de odiar a mis ex o a mis aventuras casuales o... a lo que sea, simplemente no soy así. Y podré parecer crédula, tonta, lo que sea, pero no lo soy. - Determinó con la mirada bien fija en la suya.

-¿Honestamente crees que me voy a pasar horas pensando en lo que haces o dejas de hacer? No me interesa, ni ahora, ni nunca, no me interesa lo que hagas con otras, si no lo que haces conmigo, y así deberían ser las cosas. La verdad ya nadie está hecho para sentimentalismos. - Añadió, ladeando la cabeza, lamentando haber dejado su teepee de papas fritas en la mesa de la cafetería. -Serás un genio en el escenario pero no eres muy listo a la hora de pensar que conoces a alguien.

¿Estrella de rock? Eso me gustaba, en vez de estarme insultando sentía que me alagaba, supongo que siguio diciendo más cosas pero solo escuchaba bla, bla, bla... recordé cuando solía ignorarla, oh que viejos tiempos, volví a escuchar algo de que no era fragil, eso veriamos, dudaba que aguantara, tenía que buscar una forma de callarla, vaya chica que hablaba de más, me gustaba mucho más verla cantar, ¿Y si le daba una oportunidad? Vale, no sabía pero pues podría ser, me acerque a ella, le quite la bufanda para ponercela; me seguí acercando poco a poco a ella hasta quedar solo milimetros nuestros labios, coloque mis labios junto a los suyos y la bese.

Podría haberlo hecho y aunque sus propios sentidos le pedían que lo besara de vuelta, no lo hizo, sus manos se apoyaron sobre su pecho y lo empujó con bastante suavidad. Si, ella, Miravelle Donallie Mayfair, estaba rechazando a la estrella del colegio Carmel, Jesse St. James.

-No. - dijo, tan claro como pudo, abriendo los ojos y mirandolo. -¿Me he pasado? Pues lo siento, las cosas no son así. No voy a negar que lo quiero...pero no, si solo es un método para que me calle. - Le sonrió. -¿No te gusta que te pongan en tu lugar St. James? Hay mejores formas que besar a la gente para que no sigan haciendolo. Creeme. Entonces... solo trato de decir...que estaré esperando, de todos modos.

Vaya chica, ahora no tenía duda que realmente me sentía atraido hacía ella, tenía que darle a entender quien era Jesse St. James y que NADIE lo rechazaba, ignoro [Como casi siempre que no quiere escuchar] lo que dijo, la acorralo contra los los lockers y volvio a besarla de nuevo, estaba seguro que no podría recharlo. Si realmente le gustaba no podría, mis besos eran una cualidad que la chica aun no conocia.
Como lo supuse no se opuso, estaba muy sorprendida, adoraba su olor, cosa que me volvía loco, se volvía una adicción y quería más de ella.

-Cambie de opinión, me acaba de llemar la atención tu forma de ser que nunca me había dado cuenta.

Más que sorprendida, se sentía ofendida ¿De qué iba todo aquello? No se opuso a los besos, pero no se sintió como creyó que se sentiría, ahora ella era la que estaba hecha un completo revoltijo. Se sonrojó bastante, producto de vergüenza que de su ingenuidad y se forzó, y también a él, a romper los besos. -En serio, Jesse. Esta es una de las cosas que no se hacen. - En cuanto su corazón volvió a latir en su pecho, le sonrió suavemente y se llevó una mano a la frente, regulando su respiración. -Me doy cuenta de que me ignoras cuando te conviene.

Me separe de ella bruscamente, si algo tenía era dignidad y si no quería no le iba a insistir.

-Vale, has lo que quieras- le dije ignorandola un poco, buscando otra victima ya que tenía ganas.

Cuando comentó que sabía que cuando quería la ignoraba no pude evitar reír, reí a carcajadas y voltee a verla.

-Vaya, si eres fijona- le dije aun riendo- Solamente se habían dado cuenta Andrea y Shelby, felicidades- seguía riedo- Pero que puedo hacer, así soy y me gusta ignorar a la gente, ya que estamos siendo honesto cuando te conocí solía ignorarte complemente. - le dije con una sonrisa, sabía que hacía eso para elevar un poco mi orgullo, no dejaría que la chica se saliera con la suya, yo siempre me salía con la mía, SIEMPRE.- Pero ve el lado positivo, ya no suelo hacer tan amenudo.

Sonrió también. Le daba lo mismo lo que eran las cosas al inicio. En serio.
-Eso no quita que ahora tratas de convencerme con tu maravilloso físico de que estas interesado en mí porque he herido tu orgullo. - Recalcó sin disminuir ni un poco su sonrisa. -Jesse, honestamente... - sus manos se acomodaron suaves y tiernas sobre su pecho aún si sus palabras no iban a ser eso precisamente. -Te quiero pero no te necesito. Pienso que deberías saberlo. Así que, si me hubieses ignorado por el resto de tu vida... quizá no me hubiese importado tampoco, me hubiera contentado con mirarte desde lejos. - Quizo poner más distancia entre ambos, pero sus brazos no estaban cooperando demasiado con ella. -La razón por la que ahora me sentí incómoda contigo besandome fue que... - Desvió la mirada pero volvió a la de él rapidamente. -No lo hiciste pensando en mi, lo hiciste pensando en tí. No me siento herida, pero hasta yo pensé que tendrías algo más de tacto para esta clase de cosas.