En casa al fin [Jake, Tom, Dan]

Por fin habíamos encontrado un taxi que nos llevara, durante el camino creo que me dormí apoyada al hombro de Jake, ya que cuando mi di cuenta estábamos llegando al pueblo. Le convencí de que se quedara en mi casa un día más, al parecer tenía miedo de mi padre, y de su reacción.
Me incorporé un poco y dejé de tener mi cabeza en su hombro. Estaba viendo mi casa, puse las manos al asiento delantero y le indiqué al taxista que era la casa de la derecha. Se desvió y aparcó delante. Le sonreí y le di las gracias mientras le daba el dinero, recordaba que traía algo dentro de la mochila, ese gesto no le pareció gustar a Jake, pero yo no era de las típicas que les gustaba estar explotando económicamente al novio. Salimos y abrimos el maletero para coger las mochilas y la tienda. Parecía nervioso. Suspiré. Nos dirigimos a mi portal y rebusqué las llaves en mi mochila, una vez encontradas las introduje y les di un giro, la puerta se abrió, no parecía haber nadie.

- ¿Hola? – Nadie contestó, cerré la puerta y subí las escaleras con Jake detrás hasta llegar a mi cuarto. Tiré las llaves sobre la mesita y deje la mochila al suelo. - ¿Ves no tienes de que preocuparte quizá solo los ves para cenar y si quieres ni eso ya te traigo la comida aquí… - rodeé los ojos.- ¡Oh vamos Jake, ni que fuera tan malo…! – hice una sonrisa torcida.

Por lo visto había ignorado todo lo que le había dicho desde que su móvil sonó. Suspiré. “Los chicos” Si bueno y para colmo en ese pack seguro que había miles de sus ligues, pero tampoco quería agobiarlo. Suspiré de nuevo y sonreí, puse cara comprensiva y rodé los ojos nuevamente.

- Puedes ir…- dije resignada pero con una sonrisa en el rostro. Si, le estaba dando permiso, eso me hizo gracia y reí. Era raro.- No te preocupes, seguro que Dan vendrá echa una furia por que hace días que no la llamo… y eso que le prometí que no lo volvería a hacer… así que da lo mismo vete y diviértete vale? … - Me acerqué a él y le di un suave beso. No dejé que me respondiera, me fui al baño y tras lavarme las manos salí. Lo miré apoyándome en el marco de mi puerta y me crucé de bazos, no entendía su expresión. - ¿Qué pasa? Siento eso de darte permiso, se q no lo he de hacer y…- como siempre ya daba por supuesto que se había cabreado conmigo… costumbres…

El mensaje de Isabel, me tenía un tanto intrigado. De todos modos, tenía que explicarle mi nueva situación, tanto a ella como a los chicos. No pensaba ocultar más mis sentimientos. Es más, ahora el local también le pertenecía a ella.

–¿Estás segura? –pregunté pero ella parecía estar muy convencida. Me besó para que dejara de hacer tantas preguntas y se fue al baño.

Tenía que mantener oculta la causa por la que iba a ir al local esta noche. Alex podría tomarse todo de forma negativa y seguramente no entendería mi encuentro con Isabel. Aunque no me cabía duda de que las intenciones de Isa eran diferentes a las mías. Por suerte, se las podría poner claras esta noche y sus mensajes, acabarían de atosigarme.

Apagué el móvil antes de que pudiera ocurrir algo peor y lo dejé en mi mochila para olvidarme de él completamente. Ahora, mis pensamientos debían de estar en Alex. Me quedé un rato ensimismado, pensando en lo diferentes que serían las cosas a partir de ahora. Yo era bastante celoso y a juzgar por las reacciones de Alex, no se quedaba muy atrás. De todos modos, por ahora parecía confiar en mí y así debería de seguir siendo. No le daría ningún pretexto para hacerla sentir mal. Tenía que conseguir que esto funcionara fuera como fuera.

Mi cara, debía de parecer un poema puesto que Alex no tardó en preocuparse por mí.

–No, no, no te preocupes. Lo que pasa es que si no me insistes en que vaya no me alejaré de ti seguro –sonreí–. Te estaré atosigando todo el día y tampoco es eso. Además, también tendrás cosas que contarle a tus amigas –le guiñé un ojo.

Me senté a su lado de la cama y le sonreí. Le cogí la mano y se la acaricié con el pulgar. Hice una media sonrisa y me puse un mechón de pelo detrás de la oreja. Me acerqué y le di un beso en la mejilla.

- Anda ves, te lo pasaras bien y no es que le tenga que contar anda, créeme Dan sabe ya todo lo que tiene que saber, solo me reñirá por que ahora tu eres … digamos como un intruso, ella es muy celosa… ya lo veras… - reí, me acuerdo cuando hablaba pestes de Naim, Dan era una de las personas que mas quería en este mundo pero a veces sus celos eran demasiado fuertes.

No le tomé demasiada importancia a los celos de Dan, probablemente fuera una exageración de Alex. Además, no iba a acaparar demasiado el tiempo de mi novia, al menos no lo pretendía, a menos que ella lo deseara. No obstante, sería cuestión de acostumbrarse.

–No te preocupes, no haré nada que la pueda poner celosa –sonreí picaronamente y me abalancé sobre Alex para mordisquearle el cuello. Ella intentó deshacerse de mí, pero sabía que en el fondo le gustaba. Nuestros labios no tardaron en encontrarse para dar paso a un profundo beso que detuvo la contienda.

De repente, se escuchó el forcejeo de una llave y no pude evitar sobresaltarme. Acto seguido, se abrió la puerta principal preocupándome verdaderamente. Exactamente, no sabía lo que me preocupaba. Alex me había asegurado que no tenía por qué hacerlo, supongo que sería cuestión de acostumbrarse también y tarde o temprano tendría que hacer el encuentro con su familia. Aunque no sabía si estaba demasiado preparado para ello. Quizás con su hermano si podría enfrentarme, pero con sus padres…

–¿Quién puede ser? –le pregunté a Alex con un tono de preocupación en la voz.