Desayuno antes de las clases |Miravelle|

Los dias pasaban y el invierno llego de nuevo a Ohio.
Lo cierto es que me encantaba como todo el pueblo quedaba blanco con la nieve, o lo que se divertia la gente decorando sus casas por todos los lados, o el dinero que sacaban los grandes almacenes con esto de Santa Claus y sus enanitos pero, lo unico que me molestaba, era el frio.

Corria todas las mañanas para coger el dia con algo de calor en el cuerpo, a diferencia del verano donde solo me levantaba para ir a la piscina. Vestia unos pantalones ajustado que guardaban el calor, una camiseta de la misma tela y una sudadera de chandal con un gorro de lana por la cabeza.

Comenzaba a correr desde mi apartamento y llegaba hasta los jardines Mandela, para dar la vuelta y volver por el mismo camino hasta que llegaba a Café Young Artist, donde paraba a tomar un café con algun bollo. Y alli estaba, entrando mientras me quitaba el gorro de lana y lo dejaba sobre la mesa que habia elegido para sentarme.

Le gustaba el invierno. De cualquier manera, le gustaba más el frío que el calor. El frío se quitaba si uno se ponía las prendas adecuadas, se tenía alguien a quien abrazarse o se ingerían cosas calientes; el calor, por otro lado, uno podía quitarse toda la ropa, beber todos los líquidos fríos que quisiera y aun así seguía teniendo un calor horrible.

Miravelle salió enfundada de su casa con una chamarra gruesa, guantes, bufanda, unos pantalones de mezclilla entubados y unas botas a juego con la chamarra y el gorro. Se trepó a la camioneta de Lola y le pidió que la dejara en el Café Young Artist. Entrar fue un alivio pues el ambiente se sentía cálido y muy bien. Le gustaba el ambiente templado. Se quitó los guantes y se frotó las manos mientras sonreía y buscaba un lugar con la mirada.

Tomó asiento en una mesa un poco retirada de la entrada y girando su rostro, se topó con alguien familiar. -Oye, yo te conozco ¿Verdad? - preguntó, aflojando un poco su bufanda y deshaciendose del gorro para acomodarse mejor el cabello. Ni siquiera preguntó, pidió permiso o perdón siquiera, cuando se levantó y se movió de lugar a la mesa donde estaba él, mostrandole una ligera sonrisa que esperaba y sirviera como disculpa. Se le daba bien entablar conversaciones por si sola. -Espero no te moleste, pero no tengo ganas de almorzar sola.

Antes de que la camarera cogiera las cosas para acercarse a pedirme el desayuno, una chica entro totalmente llena de capas de ropa y se sento en una de las mesas. Sabia perfectamente de quien se trataba pero no solia hablar con los chicos del coro mas alla de las veces que habia tocado para algun ensayo suyo o incluso alguna actuacion. Entonces ella me hablo y vino enseguida a sentarse en mi mesa. - Esto... no no pasa nada - Dije sin mas aclarandome antes la garganta y poniendome recto en el respaldo del asiento de cuero. Mire a la camarera que esperaba impaciente nuestro pedido - Tortitas con bacon y huevos - Sonrei algo falso y miré a mi nueva acompañante. Una vez pedidos ambos desayunos, meti mis manos entre mis piernas y las aprete - Puede ser que te suene por que hace una semana toque la guitarra en uno de vuestros ensayos. - Alce los hombros por que al menos ella me habia reconocido, aunque no supiera de que.

Miró a la mesera por su parte y asintió con una pequeña sonrisa. -Creo que pediré lo mismo, y café, muchas gracias. - Y ensanchó la sonrisa antes de volver su atención a él. ¡Claro! ¿Acaso podía ser más distraída? Dejó notar lo apenada que se sentía al respecto con una risa y un leve sonrojo en sus mejillas. -Cierto, lo siento. Me concentro demasiado con lo del coro...no me fijo demasiado en la gente que nos rodea...digo, aparte de todo, es difícil con los reflectores que tenemos. - Se pasó un mechón de cabello por detrás de la oreja y se encogió suavemente de hombros.

Se llevó ambas manos a la nariz para intentar calentarla y bajarle el tono rojizo que había decidido adoptar como siempre, cuando hacía frío. -De ahora en adelante, si te ve en mis prácticas, te saludaré. - Prometió. -Aunque claro, antes debería presentarme de forma correcta. Me llamo Miravelle.

Escuche sus palabras atento sonriendo de vez en cuando a lo que decía ella. - No te preocupes, se perfectamente que en el instituto cada uno va a su bola - Alce los hombros distraído mirando al servilletero por un momento, perdiendo mi mirada en el. Luego volví a sonreír cuando vi que ella tapaba su nariz para calentarla. La verdad es que yo también la tendría así pero con todo lo que había corrido esa mañana, estaba manteniendo el calor dentro de mi cuerpo así que no había notado excesivo frió. Alce la vista - Oh, soy Naim - Saque mi mano de entre mis piernas y se la tendí a ella para que me la estrechara. - ¿Y tu? - Pregunté.

La camarera llego con la bandeja totalmente llena y nos tendió los platos en la mesa con el café de la chica. - ¿ Podría traerme un vaso de agua? Temo que cuando me coma todo esto se me atasque en el esófago - Sonreí ampliamente por si le sentaba mal hacer otro viaje.

-Mucho gusto Naim. Bueno. Miravelle, como ya te dije. - estrechó sus manos entre sus dedos. -Pues... No te creas, es divertido estar con el resto de los chicos de Vocal Adrenaline...pero yo me llevo con todo mundo. No me gusta limitarme a andar solo con un grupo de personas, por más numeroso que sea. Mi hermano Tony dice que tratan a New Directions como si fueran menos que basura allá en McKinley. Y no lo entiendo. - Se encogió de hombros, intentando restarle importancia, pero le molestaba, aun si no lo expresaba.

Se quitó las manos de la nariz y sonrió un poco avergonzada, pues aún la tenía un poco enrojecida.
-La verdad es que yo misma soy un poco de un cliché. Me gusta nuestro vocalista principal. Ensayo cada vez que tengo la oportunidad... Sin mencionar que la sonrisa artística se esta volviendo un requisito y mis mejillas no están muy felices con eso que digamos, aunque si que es una fortuna que no tengamos que seguir dietas mucho más.

Negué mi cabeza cuando me dijo de nuevo su nombre, el frio ha debido congelar las pocas neuronas que me quedan por que se me habia olvidad. Bueno yo tampoco entendia esas cosas de tratar mal a la gente aunque durante un tiempo lo habia hecho con algunos mas debiles, solo cuando estaba con mis amigos. Sin embargo, Alex habia hecho que venciera esa tonteria y fuera el tio que realmente queria ser. - Al menos en Carmel no sois como los chicos de New Directions. - Al menos a esta gente se les valoraba muchisimo mas el trabajo que hacian.

Sonrei ante su cara y comence a atacar el bacon con un hambre voraz, después del ejercicio me venia de lujo poder comer todo esto. La camarera tenia pronto mi vaso de agua a mi lado. Solo pude darle las gracias con una sonrisa fingida en la cara. Escuche mientras masticaba y asentia entendiendola. - Realmente casi todos queremos ser un cliché aunque no lo reconozcamos. Queremos tener esas vidas perfectas que vemos en las pelis, o en las series.

-A mi realmente no me importan los clichés. Quizá en parte lo sea, pero no tengo una vida perfecta, tampoco quiero tenerla. - explicó haciendo un gesto dubitativo por un par de segundos. -No, realmente estoy bien con las cosas tal y como están ahora. Solo mis hermanos y mamá y yo.

-Quizá, pero Tony dice que ahí se comportan más como una familia y afrontemoslo, en Carmel son bastante fríos y se creen Dioses andantes. Puede parecerlo pero no tiene nada de divertido, desde mi punto de vista.